Sin rodeos: el mundo no quiere la diversidad. Es diverso, pero prefiere esconderlo. Sus intenciones no son diversas ni tampoco el mercado pretende ofrecernos diversidad. Al menos esto es lo que pienso cuando leo el recuento anual de Publisher's Weekly de 2013 sobre los libros juveniles más vendidos. No he querido hacer un análisis de la procedencia de los autores, temáticas, protagonistas con discapacidad o pertenecientes a la comunidad LGBTIQA pero otros sà lo han hecho, y además exhaustivamente. Merece la pena. Yo me voy a dedicar a dar a conocer la campaña y a reflexionar, siempre reflexionar. Una infografÃa de resumen:
Desde su página web la iniciativa #WeNeedDiverseBooks denuncia la falta de diversidad en los libros juveniles o young adults, etiqueta que, y no quiero profundizar sobre ello, ha nacido para ser una herramienta de mercado que cualquiera estira y dobla como mejor le conviene. En palabras de la campaña:
We Need Diverse Books cree que la diversidad conduce a la aceptación, a la empatÃa, y en última instancia, a la igualdad. Reconocemos toda clase de diversidades, incluidas (pero no limitadas a) la LGBTIQA, personas de color, discapacitados, diferentes sexualidades y minorÃas étnicas, culturales y religiosas. Nuestra misión es promover y ampliar los esfuerzos por la diversidad, aumentar la visibilidad de estos libros y sus autores y comprometer a un amplio espectro de lectores en el proceso.
Para llevar a cabo nuestra misión contamos con grupos relacionados con los libros infantiles y juveniles, incluidos (pero no limitados a) editores, autores, distribuidoras, librerÃas, educadores, padres y estudiantes.
De vez en cuando me gusta recordar que la diversidad es tan necesaria en la literatura como en todos los aspectos de nuestras vidas porque no existen dos personas iguales aunque compartan raÃces. A edades tempranas es indispensable mostrar el mundo más allá de nuestras fronteras, con otras personas, otras costumbres, otros modos de vida, y es más: hoy en dÃa no hace falta salir del paÃs para descubrir nuevas miradas. Por eso me da rabia ver imágenes como las que están más abajo. Attanya está cansada de que los dragones y los robots parezcan más probables que los personajes con otro color de piel. O Jennifer, que cuenta que con 13 años una niña le dijo que era egoÃsta que todas sus protagonistas fueran latinas porque ella, simplemente, solo podÃa sentirse identificada con personajes blancos.
Los escritores son el pilar fundamental de la diversidad. Está en sus manos (en nuestras manos) ser la voz de las historias que no se cuentan y plantear ciertas cuestiones. Se me ocurre una fundamental, aunque relacionada: la ambientación. Muchos tienden a situar sus historias en el marco anglosajón, americano o nórdico, a utilizar su mitologÃa, y me parece tan lÃcito como el que apuesta por lo local. Solo quiero parar el tiempo un instante y preguntarnos por qué. ¿Por qué Londres y no Getaria? ¿Por qué Jack y no Farid? ¿Por qué lo de siempre, por qué no atrevernos con lo desconocido? ¿Por qué hacemos tan difÃcil la diversidad?
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