Daniel Fortiz © tumblr |
Ya no podÃa soportarlo; el monstruo goteaba pintura desde una esquina. Se habÃa adueñado de su descanso y ahora relamÃa restos de paciencia. Para vencer, ella tenÃa que igualarlo en fuerza. Su mente contenÃa un arma tan poderosa como frágil. AsÃ, se imaginó que la habitación quedaba en silencio y que las formas desaparecÃan y que los engranajes dejaban de rodar y que los colores se apagaban al contacto de la nada con la nada. Hubo un momento en que la coraza cayó y Ruido se abalanzó sobre ella, pero la rehÃzo hasta que cayó muerto.
VolverÃa, eso seguro.